Las fiestas patronales de Castroverde se celebran el 8 de diciembre, en honor a La Purísima. Esta celebración se remonta hasta mediados del siglo XVII, cuando el Ayuntamiento decidió nombrar a La Purísima patrona de la localidad, en 1650. Desde entonces, todos los años, por la Inmaculada Concepción, se oficia una novena en la que se entonan los Gozos y, en la víspera, se canta la Salve dedicada a la patrona. Es tradición después ver los fuegos artificiales e ir al baile.
No obstante, la fiesta por excelencia es la Feria de la Madera, celebrada el 27 de mayo. Esta tiene su origen en la Feria que se celebraba a finales de ese mes y es la fiesta más importante del pueblo desde finales del siglo XIX, motivada, según la tradición, por la sequía que asoló la zona en 1891 y que la Virgen calmó. Se celebra todos los años, en honor a La Purísima, con una gran variedad de actos lúdicos, tales como actividades culturales, exposiciones, teatros, corridas de toros y verbenas.
Con el estío, en la primera semana de agosto, se celebra la Fiesta de Verano, en atención a los veraneantes que no pueden asistir a las ferias de mayo. Durante estos días se realizan juegos tradicionales, campeonatos deportivos, degustaciones gastronómicas, concursos variados, espectáculos musicales, charangas y verbenas, todo ello sin olvidar las tradiciones. No obstante, el principal protagonista es el reencuentro, ya que es un buen momento para que muchos de los convecinos de la localidad, que han emigrado a otros lugares, vuelvan para participar de las celebraciones y, a su vez, renueven viejos lazos con sus parientes y amigos de la infancia.
Este mismo mes, se celebra una Semana Cultural, repleta de actividades dedicadas a los más pequeños, como los cuentacuentos, los talleres de manualidades o las sesiones de cine al aire libre. Y también a los mayores, quienes disfrutan de diversas charlas divulgativas, actuaciones de grupos de danza, distintas visitas culturales y excursiones, entre otras actividades. Esta Semana está organizada por la Asociación Cultural Castrum Viride, en colaboración con el Ayuntamiento.
Pero son muchas más las fiestas, eminentemente religiosas, que se celebran en la localidad. En Navidad, los quintos son los encargados de organizar el cotillón de Año Nuevo y la Cabalgata de Reyes. El 20 de enero se alaba a San Fabián y San Sebastián, patronos de la villa conocidos como los Mártires. También los lugareños han sabido conservar la festividad de San Antón, el 17 de enero. Durante la víspera, era tradición que los cofrades organizaran una recogida de productos que se subastarían al día siguiente. Actualmente, la cofradía ha desaparecido, pero la subasta se mantiene gracias a las personas voluntarias encargadas de realizar la colecta de los productos. Los productos, tales como pies de cerdo y orejas, dulces, huevos, chorizos, trigo, cebada, tortas o licores, se subastan por la tarde, en el pórtico de la iglesia, mientras se recitan las sanantonadas, estrofas satíricas sobre acontecimientos del pueblo.
Además, el 5 de febrero, las mujeres celebran Santa Águeda, con una misa en su honor y vistiendo sus mejores galas para la ocasión. Este día, las mujeres toman el bastón de mando, reparten pastas y limonada y se pasean por el pueblo, cantando y bailando al son de la dulzaina y el tamboril y vacilando a los hombres con todo tipo de picardías. Especialmente emotiva es la celebración de la Semana Santa de Castroverde, una de las más importantes de la provincia, sobre todo por la notable calidad de su imaginería, destacando la procesión del Viernes Santo.
El 15 de mayo se celebra San Isidro, patrón de los labradores. Este día, se celebra una Santa Misa, tras la que se saca la imagen en procesión hasta los sembrados con el objeto de bendecirlos, ya que se cree que este santo tiene poderes sobre el viento, la lluvia y la sequía, factores muy importantes para una localidad eminentemente agrícola. Por estas fechas, se realiza la Santa Misa del Corpus Christi, que reúne a todos los vecinos con su posterior procesión del Santísimo Sacramento por las calles de la localidad.
En cuanto a las tradiciones de Castroverde, una de las más arraigadas era la matanza, actividad ancestral muy popular entre los lugareños. Actualmente, existe un importante descenso de practicantes, como consecuencia de la emigración y la falta de interés de los jóvenes por el arduo proceso que lleva consigo. No obstante, eso no quita que, para aquellos que aún la practican, sea un momento especial, de reunión familiar, donde se cuentan historias y anécdotas, donde se trabaja en equipo y, sobre todo, se disfruta de deliciosos manjares.