Esta línea férrea de vía estrecha, perteneciente a la Compañía de Ferrocarriles Secundarios de Castilla e inaugurada el 30 de abril de 1915, unía Medina de Rioseco con Palanquinos, un trazado de 92 kilómetros, 16 de los cuales discurrían por la provincia de Zamora, concretamente por las poblaciones de Castroverde de Campos y Villanueva del Campo.
Se llamaba coloquialmente Tren Burra por la parsimonia con la que se desplazaban las viejas locomotoras de vapor. De hecho, según cuenta los vecinos, era tal la lentitud con la que se desplazaba, que en época de vendimia era posible apearse en marcha del convoy, recoger racimos de uva y volver a subirse al mismo. Y es que la duración del viaje para cubrir esos 92 kilómetros era de cuatro horas y quince minutos, y cinco minutos más, en el regreso.
El Tren Burra contaba con 14 estaciones entre las provincias de Valladolid, Zamora y León. Medina y Palanquinos eran estaciones de primera, Castroverde, Villanueva del Campo y Valencia de Don Juan, de segunda. Y el resto, de tercera, excepto Roales que sólo tenía categoría de apeadero. El pequeño tren nació, no solo para facilitar el desplazamiento a la capital de los habitantes de los pueblos del recorrido, sino también para transportar esencialmente cereales, riqueza natural de la Tierra de Campos, remolacha, legumbres y hasta piedra de las canteras de Villanubla.
Este ferrocarril trajo a estas tierras labradoras y ganaderas oficios totalmente desconocidos: jefes de estación, factores, guarda agujas, guardabarreras para la circulación, brigadas de mantenimiento con capataces, oficiales y peones que desplazaban la mesilla por las vías. A bordo de los convoyes iban los maquinistas, fogoneros e interventores. Más de 200 personas para atender este servicio.
El presupuesto para hacer la línea férrea del Tren Burra osciló entre los 9,4 y los 13,1 millones de pesetas. En este estaban incluidos muchos de los edificios que hoy han quedado como legado: 14 edificios de viajeros, garitas, cocheras, muelles, depósitos de agua y retretes. No obstante, el descenso de los precios de las mercancías transportadas, unido al éxodo rural, hicieron que este ferrocarril fuese cada vez menos rentable hasta que el 1 de junio de 1969 se decretó su cierre. El 11 de julio de 1969 fue clausurado y desmanteladas sus instalaciones poco tiempo después. Hoy no quedan más que discretos vestigios de su trazado y algunos edificios, en la mayoría de los casos sin uso.
En Castroverde de Campos aún se conserva la estación, que tenía un edificio para los pasajeros, baños, muelle cubierto y descubierto, pozo y andén de 100 metros de longitud, además de grúa y báscula; aunque, actualmente, están muy deteriorados por el abandono.