El pueblo de Vegas de Domingo Rey, enclavado en el suroeste de la provincia de Salamanca, al sur de la tierra de Ciudad Rodrigo, se encuentra en la subcomarca del Campo de Agadones, a 129 kilómetros de la capital charra. Forma parte del término municipal de Agallas, del que es pedanía, y consta de aproximadamente 25 habitantes, que conviven en este paraje extraordinariamente bello, en plena Sierra de Gata.
Según la historia, en 1830 un sujeto llamado Domingo, procedente de los caseríos de Las Hurdes, fijó su residencia en estas vegas. Se dedicó a cultivar las fértiles riberas con tan buen éxito que se consideraba feliz y decía a los que le preguntaban: me va como a un rey. Atraídos por la fama de ese mismo bienestar, se le fueron agregando algunos parientes. Pero, envidiosos de su relativa prosperidad, otros vecinos de los pueblos limítrofes los expulsaron de aquel lugar. Años después, nuevos hurdanos volvieron a establecer allí sus vidas. A sus descendientes se agregaron colonos de los pueblos inmediatos constituyendo una entidad de población.
Los modos de vida de los antiguos vegueros se reducían al carboneo, al pastoreo con cabras y ovejas y a una agricultura de subsistencia, llevada a cabo en los pequeños huertos de las vegas y las escasas tierras de laboreo. Actualmente, viven de la ganadería y la agricultura, además del aprovechamiento de los montes y el incipiente turismo, sobre todo estival.