El Parque Natural de Montesinho es uno de los mayores espacios naturales de Portugal. Se sitúa en el noreste Transmontano de Portugal (en la región de Trás-os-Montes), cubriendo la parte norte de los municipios de Bragança y Vinhais, que forman parte de la denominada “Terra Fria Transmontana”, y limita con España recorriendo la frontera con las comunidades autónomas de Galicia y de Castilla y León. Tiene una extensión de 74.230 hectáreas y 9.000 habitantes. Se sitúa a poco más de 200 kilómetros de la ciudad de Porto.
Presenta un relieve heterogéneo, con mesetas onduladas cortadas por profundos valles encajados, así como algunas sierras, de las cuales las dos más importantes son la Sierra de Montesinho, lado este al norte de Bragança, y la Serra da Coroa, lado oeste al norte de Vinhais. Las altitudes varían entre los 1.486 metros, en la Sierra de Montesinho y los 438 metros en el cauce del río Mente.
Las montañas, en su mayoría de esquisto y granito, donde crecen brezos y jaras, el predominio de pizarras y calcáreo en las mesetas y sus valles profundos por donde corren los ríos de aguas cristalinas entre chopos, alisos, sauces, bosques inmensos de roble negral, castaños y encinas, permiten la existencia de una flora y una fauna rica y diversificada, habitando especies como el lobo ibérico, el jabalí, el corzo o el venado, zorros, rapaces, … Para la observación de aves, cuenta con un lugar privilegiado en Lama Grande, que se sitúa en la parte alta de la Sierra de Montesinho, entre los pueblos de França y Montesinho, el único lugar en Portugal donde vive y anida la Bisbita alpina. En el cielo del parque, también podrá observar águilas reales, lavanderas blancas, aviones roqueros y, de vez en cuando, garzas reales y andarríos chicos.
En el invierno, la temperatura puede alcanzar valores negativos. En verano, no es extraño que los termómetros alcancen los 40 ºC. Los mejores meses para la observación de aves son abril, mayo y junio.
El difícil acceso a esta zona durante siglos le ha conferido un carácter propio enraizado en las costumbres y leyendas que todavía perduran de boca en boca y a pocas generaciones de distancia. El hombre y la naturaleza han convivido en el Parque Natural de Montesinho desde tiempos remotos e incluso en pleno siglo XXII muestran una simbiosis perfecta difícil de encontrar en otros sitios.
Los pueblos a lo largo del parque a primera vista ofrecen ese carácter áspero que la difícil geografía de la “Tierra Fría” ha ido perfilando con el tiempo. Paredes de piedra, madera y tejados de pizarra, brillando al sol o protegidas por una capa de nieve o de hojas doradas según la temporada. Los castaños rodean la arquitectura del lugar y sus habitantes se esmeran por embellecer sus fachadas con plantas y flores a su alrededor. A medida que uno se acerca al corazón de los pueblos, ese carácter áspero inicial se confunde con la amabilidad que encontramos y se funde con la rica miel, los dulces y licores que se elaboran en esta tierra.
En el parque existen varios pueblos, entre ellos, Montesinho ?que da nombre al parque?, Rio de Onor y Guadramil. La mayor sorpresa al visitar estos pueblos es descubrir que son comunitarios, es decir, los bienes comunes se comparten entre los habitantes. Así, el horno de leña usado para hacer pan, la forja, la era, el molino, el lavadero, los terrenos agrícolas, los pastos y el toro del pueblo son utilizados y administrados por los lugareños, siguiendo una tradición que se ha mantenido inalterada durante siglos.
Rio de Onor es parada obligada, además de por ser el pueblo comunitario que mejor se conserva de todo el parque, porque se trata de la frontera entre Portugal y España, que atraviesa este territorio; de hecho, la parte española lleva por nombre Rihonor de Castilla. Sin embargo, los lazos familiares y de amistad entre ambas poblaciones hacen que la frontera entre los dos países casi se desvanezca. Otros de los pueblos más recomendados son Pinheiro Novo, Sernande, Moinmenta, Dine, Montesinho y Varge.
En cualquier pueblo del parque natural de Montesinho podrá probar los ahumados transmontanos y la carne de excelente calidad que se produce en la región. Además, podrá acompañar estas delicias con un vino tinto transmontano. Para los más golosos, existen postres elaborados con huevos y la miel producida por abejas que habitan en el parque.
Cómo llegar al Parque Natural de Montesinho
Brangança se encuentra a camino entre Oporto y las ciudades más al oeste de Castilla-León. De hecho, la región parece realizar un círculo donde las distancias principales a su alrededor son de unas dos horas aproximadas en coche: Desde Orense tenemos aproximadamente unas dos horas siguiendo la A-52. Desde León la A-66 nos dejará en Bragança en aproximadamente 2 horas y cuarto. Desde Valladolid la A-11 y la E-82 nos acercan a la Tierra Fría en poco más de dos horas de trayecto. Desde Oporto (Porto) en dirección a Bragança por la A4 se tarda también unas dos horas, desde esta ciudad, es fácil llegar hasta la entrada del Parque Natural de Montesinho. La distancia entre la ciudad de Porto y el Parque Natural de Montesinho es de unos 230 kilómetros.
Desde la ciudad de Bragança como punto de referencia, continúe hasta el pueblo de Montesinho, pasando por las localidades de Rabal y França. En França, podrá observar un molino restaurado que, en la actualidad, todavía utilizan las gentes del lugar.
Otra alternativa es partir desde Bragança hasta el pueblo de Gimonde, donde confluyen los ríos Sabor, Onor y Ribeira do Frio, que se pueden cruzar por tres puentes. Desde este lugar, emprenda un viaje hacia el descubrimiento de los pueblos de Babe, Palácios y Caravela. Visite sus museos rurales y profundice sus conocimientos sobre el ciclo del lino o la cocina tradicional transmontana.
Centro de Interpretación del Parque Natural de Montesinho. Casa da Vila
En la localidad de Montesinho, visite el centro de interpretación de Montesinho, ubicado en una casa señorial de estilo palaciego, que se utilizaba como forja comunitaria, construida sobre los muros que en tiempos defendían el Castillo de Vinhais. Aquí puede conocer aspectos de la historia local y algunas especies de la fauna y flora características de la región que, por su riqueza, especificidad y belleza se encuentra, desde finales de los años 70, salvaguardada y constituye una de las mayores áreas naturales protegidas de Portugal – El Parque Natural de Montesinho. Este edificio alberga también una tienda de artesanía local.
El Parque Biológico de Vinhais es un equipamiento público instalado por la Cámara Municipal de Vinhais, en pleno Parque Natural de Montesinho se sitúa en el Alto da Cidadelha, a 2 km de Vinhais. Este parque cuenta con unas cuatro hectáreas de extensión y constituye un espacio de interpretación del paisaje de la región en sus componentes naturales, la fauna, la flora, la geología y el patrimonio cultural e histórico del Parque Natural de Montesinho. Además, tiene como finalidad la conservación de la naturaleza, la promoción de la biodiversidad y del ecoturismo. Aquí podrá visitar una colección de animales y plantas autóctonas de la región de montesinho y, a través de la realización de senderos homologados, podrá explorar las temáticas de mayor interés en la región, tales como fauna y flora, observar ciervos y jabalíes, así como obtener más información acerca de las especies de aves y la flora de la región, castros y construcciones tradicionales (molinos, etc,)
El Parque propone varias actividades de educación ambiental y de deporte de aventura. Este local contiene un Centro Hípico (que proporciona actividades como Paseos a Caballo; Paseos en carro; Aulas de Equitación; Hipoterapia; Experiencia a Caballo.), el Parque Aventura, el Centro de Interpretación de Razas Autóctonas y el Centro Micológico de Vinhais.
Para disfrutar con tranquilidad de la belleza de la región, puede seguir los itinerarios pedestres o de BTT sugeridos por el parque y que presentan diferentes grados de dificultad. Todos los caminos en el parque están debidamente marcados con señales rojas y amarillas (pequeño recorrido).
Si le gusta sentir la adrenalina, puede realizar una escalada o poner a prueba su sentido de la orientación en los hermosos paisajes de la región. Si le gustan los deportes acuáticos, puede practicar piragüismo o barranquismo en uno de los ríos que atraviesan el parque.
La gruta del Neolítico y los hornos de cal
Este itinerario de senderismo, también llamado «Termas de Tuela», cuenta con algo más de ocho kilómetros y recorre algunas partes de la ribera de Quintela, del río Tuela y de los pueblos de Fresulfe y Dine. En el trayecto, también podrá apreciar los antiguos hornos de cal de Dine, el molino de Fresulfe y la fuente termal del río Tuela donde, además de los manantiales, es posible observar cuatro bañeras antropomorfas, dos pequeños estanques y un sistema de desagüe del agua. Frondoso paseo en los alrededores del pueblo de Dine, en el centro geográfico del parque natural. En el camino se encuentran la gruta del Neolítico y una zona de baño y, del alto de la montaña, se vislumbra un magnífico paisaje.
En el pueblo hay una pequeña casa / museo con exposición de objetos hallados en la cueva, a cargo de Donã Judithe (sólo hay que preguntar en el pueblo), que es una fuente viva de historias y experiencias que vale la pena conocer.
Los ciervos y el lobo
Paseo por la zona de caza Nacional de Lombada, cerca del pueblo de Guadramil, en la frontera con España (este). Al comienzo de la jornada llegará a un punto alto de hermoso paisaje, a continuación, un camino al lado del bosque de pinos (con suerte se puede ver algun lobo) y en la parte final, una zona de pastoreo donde por la mañana se pueden ver corzos y ciervos.
La vía romana y el puente medieval
Paseo en los alrededores del pueblo de Moimenta, municipio de Vinhais, cerca de la frontera con España. Al principio, se llega a un mirador con paisaje y vistas espectaculares. Después de pasar por el puente nuevo, usted sigue caminando hasta el río, cerca del puente medieval, donde, en verano, se puede disfrutar de un buen baño refrescante. Asimismo, el recorrido cuenta con un estupendo mirador.
La parte final del trayecto, siempre subiendo, se hará en la vía romana todavía bien conservada.
El alto de la Sierra de Montesinho
Paseo a la cumbre de la montaña de Montesinho, junto al pueblo del mismo nombre. El trayecto sube desde el pueblo hasta la presa de Serra Serrada a través de caminos y formaciones de granito bastante singulares. El circuito se hace después de un descenso por caminos y robles. Preciosa ruta circular de unos 8 kilómetros de distancia y unos 270 metros de desnivel.
Las orillas verdes del río Maçãs
Paseo a lo largo de las orillas del río Maçãs, en el límite de la frontera con España cerca del pueblo de Quintanilla. Este paseo tiene dos opciones, una corta y una larga. A lo largo del río, hay varias áreas de recreación y descanso, así como una zona de baño, haciendo de esta caminata una buena opción para los calurosos días de verano.
El río Baceiro y los molinos de agua
El recorrido se desarrolla a orillas del río Ornal y del río Baceiro, marcado por la vegetación intensa de encinas y robles. Podrá encontrar muchos puntos de interés, como la zona de picnic de Sto Amaro, el horno de cal, cerca del pueblo de Cova de Lua, y tres molinos de agua.
Este es un paseo simple pero muy interesante y donde podrá refrescarse junto al puente de Parâmio.
Ruta BTT Sierra de Montesinho
El itinerario de BTT «Sierra de Montesinho», con poco más de 40 kilómetros de extensión, parte desde el pueblo de Montesinho y pasa por el pueblo de Cova da Lua, donde es posible contemplar los palomares y las casas tradicionales de la región. El itinerario continúa a lo largo del parque con la presencia constante del río Sabor.