La alfarería de Moveros resulta, sin duda, una de las más reconocidas. La calidad y belleza de sus piezas viene dada por un proceso de fabricación perfeccionado durante generaciones.
Desde tiempos inmemoriales, en esta localidad zamorana el trabajo del barro fue una base fundamental de la economía local. Gran número de familias se dedicaban a ello, particularmente las mujeres.
El barro utilizado se extraía de la zona; se machacaba y acribaba para conseguir mayor pureza. Para modelar las piezas, se utilizaba una torneta (hoy sustituida por el torno eléctrico) que se hacía girar con la mano y se trabajaba de rodillas o cuclillas. Los hornos, bien de propiedad comunal o particular, usaban como combustible la leña. La hermosa e inconfundible tonalidad tostada de sus piezas tradicionales viene dada por el proceso secular de cocido en estos hornos de leña.
La alfarería de Moveros era conocida por dedicarse a elaborar cacharros, particularmente los empleados para la recogida y transporte del agua: vasijas, cántaros, botijos, o barrilas. Entre todos ellos destaca un jarro de peculiar belleza: un cántaro de cuello englobado.
Hoy en día, además de las piezas tradicionales, se hacen en Moveros otras muchas de uso contemporáneo y de los más avanzados materiales como pueden ser hornos, barbacoas, piezas para el jardín e incluso obras creativas o por encargo.
Estos productos artesanos pueden encontrase en muchas ferias y mercados de la zona. Pero, sin duda, es mejor idea acercarse hasta la propia localidad, donde podremos, además de ver y adquirir todos estos productos, asistir a una demostración en vivo del proceso de elaboración. Para más información, contactar con los tallares locales en sus páginas web:
Paco y Mari Paz, taller de alfarería.
Tienda de Alfarería Mari Carmen.