El término municipal de Ferreruela Tábara está formado por las localidades de Ferrerruela de Tábara, Escober de Tábara y Sesnández de Tábara. Contando con una población total de 466 habitantes.
Se encuentra situado al oeste de la provincia de Zamora, dentro de la comarca Tierra de Tábara para algunos incluida en la comarca de Aliste y para otros en la de Alba, a 55 km de la capital zamorana y a 27 km del paso fronterizo más cercano a Portugal.
Al hallarse Ferreruela de Tábara situado en el conjunto montañoso de La Sierra de la Culebra, compuesto por varias alineaciones paralelas separadas por altiplanicies, nos encontramos con unas características climáticas que permiten un tapiz vegetal dominado por especies atlánticas, como por ejemplo el rebollo, que han cedido ante el avance de las repoblaciones forestales de coníferas salvo en los enclaves más termófilos donde perviven manchas de encinas, alcornoques, madroños y roble. Las superficies arrasadas por los fuegos han sido colonizadas por los matorrales de jaras, retamas y brezos. Los reductos más frágiles y de mayor valor ecológico se centran en los bosquetes de madroño y de alcornoques localizados en las faldas de la Sierra.
Entre las numerosas especies de animales que conviven en la Sierra, podemos destacar el corzo, el jabalí, el ciervo, siendo nuestra Reserva de Caza donde se consiguen los trofeos de Ciervo de mayor puntuación de toda España, y también especies protegidas como el gato montés y como no, un animal emblemático en esta Sierra, el lobo ibérico. En la Sierra de la Culebra vive la mayor población de lobo ibérico (Canis Lupus signatus) de toda Europa occidental.
La riqueza cinegética y faunística junto a la diversidad vegetal y el abigarrado mosaico paisajístico han contribuido a la inclusión de esta zona en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León, lo que la convierte en una zona con grandes potencialidades para el desarrollo.
La actividad ganadera supone la principal actividad del municipio destacando en el sector bovino y caprino a modo de explotaciones tradicionales de pastoreo, por ello, en el régimen de aprovechamiento de la tierra destaca el terreno dedicado a pastos permanentes. La ganadería se complementa con la agricultura de subsistencia, principalmente cultivos de secano: trigo, cebada, avena, centeno y barbecho y regadíos en régimen de huertos familiares próximos a las corrientes de agua. El resto de la superficie agrícola se distribuye en prados naturales y pastizales.
Cabe mencionar también una pequeña industria de extracción de piedra ornamental y otra de corta de madera.
El nombre de Ferreruela puede indicar que su procedencia viene del hierro; además, próxima al pueblo se encuentran numerosas escorias. Durante la Edad Media quedó integrado en el Reino de León y desde 1371 en el Señorío de Tábara, posterior marquesado de Távara. Durante la Edad moderna estuvo integrado asimismo en el partido de Tábara de la provincia de Zamora. En 1833, la localidad se mantuvo en la provincia zamorana, dentro de la Región Leonesa, integrándose en 1834 en el partido judicial de Alcañices hasta 1983 que pasó al partido judicial de Zamora.
En 1471 se firman las escrituras que definen a la pedanía de Escober como pueblo, se firman entre los nuevos pobladores y Don Pedro Pimentel, comprometiéndose los nuevos pobladores a pagar el fuero perpetuo fijo anual de Mvs., y carneros al firmar las escrituras. Perteneció al señorío Jurisdiccional de Sr. Duque del infantado, marqués de Tábara.
El acta fundacional de la localidad de Sesnández se rubricó en Tábara el 6 de abril de 1471 ante Sancho Saldaña, escribano de su Majestad y público del lugar de Coomonte, que daba testimonio de la escritura pública. De una parte, comparecieron los que luego serían primeros 20 vecinos sesnandinos. De la otra, Pedro Pimentel Vigil de Quiñones señor de Tábara y su tierra. Los primeros se comprometían en el escrito a poblar el lugar de Sesnández y convertirse en vasallos del Marqués. A cambio deberían a pagar fuero perpetuo y carneros.
En torno a 1850, se integraron en el municipio de Ferreruela las localidades de Escober de Tábara y Sesnández de Tábara, tomando el término municipal su extensión actual.
Las huellas del pasado han quedado grabadas sobre el territorio y en las tradiciones de sus pobladores. Esta tierra guarda el recuerdo de costumbres comunales hoy caídas en el olvido o en desuso, como, por ejemplo, la rozada de los terrenos de común aprovechamiento, la roda de los ganados, la utilización de los molinos, las veladas de las mujeres para hilar el lino y la lana (los hilandares o filandares), el ojeo de los lobos o la recomposición de los caminos.