Las viviendas populares y las construcciones auxiliares (palomares, molinos, corrales o pariciones, pontones, cercas de llameros, etc.) guardan los modos de antaño y son otra herencia cultural. La utilización de los materiales de terreno, cuarcita y pizarra, el juego de volúmenes o los detalles decorativos introducen unas señas de identidad de los pueblos de la comarca de Aliste, Tábara y Alba.
Uno de los elementos más destacados del patrimonio edificado y del paisaje ecocultural lo constituyen los corrales tradicionales. Su origen está vinculado al aprovechamiento de los pastaderos del llano y de los brézales de la Sierra por parte del ganado lanar de raza castellana negra. Estas construcciones también servían para proteger a los rebaños de ovejas y cabras de los ataques de los lobos. Cuando el pasto empieza a secarse, parte de la cabaña de ovino, se desplaza a los agostaderos sanabreses. Los corrales se levantan en terrenos comunales al pie de la Sierra y forman grupos poco numerosos (las majadas). La planta es circular, por norma general, si bien existen corrales cuadrados y ovalados. El muro de 1´50 m. está construido de mampostería en seco o trabado con mortero de barro. En el interior, a 0´50 metros de la pared, se suceden los rincones de pizarra o de madera donde descansan las vigas y la cubierta o “capa” de urz.
En Escober, además, podemos visitar una hermosa fuente tradicional restaurada.