Esta iglesia, ubicada en el centro del pueblo, data del siglo XIX, ya que tuvo que ser totalmente reconstruida tras el terrible incendio que sufrió en el año 1831. Construida inicialmente en el siglo XVI, con tres naves cubiertas por bóvedas de cañón, destaca por su sencillez. Del mismo siglo solo se conserva la bella cruz parroquial que se salvó del incendio.

En el exterior, llama la atención su gran torre rectangular del siglo XVIII. Su base es de sillares, mientras que el campanario está realizado en ladrillo. Posee seis vanos, bajo los que se resguardan las campanas, una torrecilla con cuatro pequeños arcos, rematados con bolas, y un cupulín con veleta. En su lado norte, tiene un pequeño pórtico, sujeto por cinco columnas de orden toscano, bajo el que se encuentra la puesta de acceso, con arco de medio punto y enmarcada por pilastras. Parte de su entorno fue arreglado, proporcionando ahora una visión más rústica, en consonancia con el edificio, dando un mayor atractivo al lugar. Para acceder al recinto existen cuatro entradas, de las cuales dos de ellas se encuentran a su mismo nivel y las otras dos a través de amplias escaleras de piedra que permiten subir al lugar.