La Iglesia de San Andrés únicamente conserva de la construcción original la espadaña, con dos amplios vanos para las campanas y remate en piñón, y la escalinata que conduce al campanario; todo ello realizado en piedra y mortero, aunque en la actualidad sufre un cierto deterioro, fruto del paso del tiempo.
Tanto la nave, de cuerpo rectangular, como el presbiterio han sido reconstruidos. En su interior, destacan un retablo barroco y la imagen de un Crucificado. Además, arrinconados en una parte de la iglesia se pueden apreciar distintos iconos, restos del retablo, imágenes y otros artilugios sacros, que se hallan así a falta de una adecuada organización.