Las fiestas patronales de Vecilla de la Polvorosa se celebran el 30 de noviembre, en honor a San Andrés. El amplio programa de actividades se deja para los festejos de verano, aprovechando una mayor presencia de vecinos que vuelven al pueblo, en época estival, para celebrar en familia y como antaño las costumbres de su pueblo. No obstante, durante este día, se honra al Santo con una misa en su honor y un aperitivo ofrecido por el Ayuntamiento, tras los que se llevan a cabo juegos, en los que todos los vecinos participan. El día concluye con una cena y una chocolatada con churros, en las que no faltan canciones y bailes interpretados por los lugareños.
La fiesta principal de la localidad es la celebrada el último fin de semana de julio, en honor al Santísimo. Durante estos días se realizan una gran cantidad de actividades, donde todos los vecinos participan: misas y procesiones en honor al Santo, conciertos, juegos infantiles, campeonatos deportivos, concursos, verbenas nocturnas, bailes tradicionales, degustaciones gastronómicas y fuegos artificiales, entre otras.
El día 25 de abril se celebra San Marcos, el equivalente al Domingo Tortillero, pues la costumbre es reunirse con la familia o los amigos en el campo y degustar tortillas, asados y otros productos caseros preparados para el momento. Esta tradición se lleva a cabo también en otros pueblos de la comarca, pero en ellos se celebra el domingo anterior al Domingo de Ramos. No se conoce exactamente el origen de esta tradición: muchos dicen que es para dar la bienvenida a la primavera, aunque otros le dan un sentido más religioso, constando su jornada de misa, procesión y bendición de campos, para, posteriormente, degustar este típico plato.
En cuanto a sus costumbres, Vecilla de la Polvorosa sigue manteniendo vivas algunas de ellas, como la matanza del cerdo, a partir del 11 de noviembre. Esta era uno de los grandes acontecimientos en las tierras de Castilla y León, ya que reunía a toda la familia y solía durar dos o tres días. Durante esos días todos los familiares y vecinos ayudan en las labores y comen productos de la matanza. Estas labores consisten en matar al cerdo, desangrarlo, chamuscarlo, abrirlo en canal y destazarlo para, posteriormente, hacer adobos, chorizos, morcillas, hojas de tocino, jamones, paletillas, lomos etc.