El santuario de la Virgen de la Tuiza, declarado Bien de Interés Cultural en 1995, rivaliza en interés con la iglesia barroca del pueblo. El templo está ubicado entre los términos de Chanos y Lubián, en un hermoso paraje arbolado situado en una terraza sobre el río Tuela, mirando a la Sierra de la Gamoneda. Data de finales del siglo XVIII, concretamente de 1764, y fue construido con buena parte de los restos de la antigua ermita del siglo XVI.
La iglesia presenta una factura barroca muy pura, con claras influencias gallegas y portuguesas, desprovista de toda ornamentación, salvo en el campanario. De esta forma, se combina la sobriedad del culto y del material utilizado en su fábrica con elegancia de líneas y la esbeltez del conjunto. Presenta planta de cruz latina, con una sola nave, cabecera recta, sacristía adosada a esta, y crucero ligeramente marcado; todo ello construido con sillares de granito bien escuadrados y cubierta, a tres aguas, de pizarra negra, siguiendo el modelo popular de la zona.
Todo el edificio se aposenta sobre un zócalo que sobresale del plano del muro, cuyos ángulos, rematados por pináculos, se decoran por pilastras dóricas, separadas de la cubierta por una cornisa moldurada. De dimensiones no muy grandes, la volumetría resultante es un todo ordenado geométricamente del que tan sólo sobresale, por su altura y riqueza ornamental, su torre. Situada a los pies del santuario, contiene la fachada principal, dividida en tres calles por sendas pilastras cajeadas y rematadas por un friso liso y cornisa de doble moldura acodada. Sobre ella, el cuerpo de campanas con un vano de medio punto en cada lado, protegido por una balaustrada corintia; el muro está recorrido por pilastras cajeadas y volutas en los ángulos. Se remata con una cúpula y linterna, dividida por ocho volutas verticales.
Los alzados norte y sur de la nave presentan puertas adinteladas, mientras que en el lado oeste encontramos una de medio punto. Las ventanas, abiertas de forma simétrica en todos sus muros, también son adinteladas, con recercados cruzados o simples. Destaca la ventana apaisada, protegida por un porche, del alzado occidental del crucero norte, que sirve para contemplar a la Virgen de las Nieves, patrona de Alta Sanabria, desde el exterior cuando el templo se encuentra cerrado.
El interior está recorrido por bóveda pétrea de medio cañón y pilastras que sustentan los arcos formeros; a los pies se sitúa el coro alto y en la capilla mayor se mantiene el retablo, contemporáneo al resto del edificio. Junto al interés arquitectónico del edificio, hay que resaltar el fervor que le profesan los pueblos del entorno, transmitido desde antiguo, ya que esta Virgen fue venerada en otro tiempo por los segadores gallegos que bajaban a Castilla a hacer la campaña de siega y, también, por los peregrinos, que hacían un alto en el albergue, situado al lado de la ermita y del que aún quedan restos, antes de atravesar esta zona de lobos y montañas.