El antiguo templo de Pías, ahora en ruinas, tuvo como titular a San Martín. Este se emplazó en un escarpado cerro, en medio de un frondoso bosque de robles. Aún mantiene derechos sus muros, sobre los que se yergue su espadaña-campanario, de dos vanos y remate en piñón.
Dentro del espacio interior aún perdura el arco triunfal. En su clave está cincelada la cruz de la Orden de Santiago, como testigo de la pertenencia de este municipio a dicha orden. La zona en la que se construyó este lugar de oración sirvió en época remota como asentamiento de un castro celta.