A dos kilómetros al sur de La Tejera, en lo hondo del valle, se encuentra un importante castro, denominado Castelo de Moros. También llamado do mal veciño o Castelo del Rey Bamba, la tradición oral lo asocia con un poblado musulmán, aunque los testimonios arqueológicos lo vinculan y retrotraen a los castros celtas que existieron en la Primera Edad de Hierro. Esto no quiere decir que posteriormente a la cultura celta, siglos después, fuese habitado por los musulmanes que dieron pie a la leyenda.

Castelo do MorosSegún esta, recogida en el hipotético Libro de los Tesoros, o en el Libro Cepreano, a los que antaño daban verdadera credibilidad, cuando los supuestos moros que habitaban el Castelo tuvieron que abandonarlo por la presión de los cristianos, dejaron escondida una gran fortuna. Tales caudales estaban formados por numerosas monedas de oro, una mesa, cuatro sillas, un pico y una pala, todos ellos de ese rico metal. Este tesoro pertenecía al supuesto rey Bamba, quien nunca pudo volver a recogerlo, por lo que, en principio, debería seguir oculto en dicha cueva.

En el costado sur del cerro aún se aprecia perfectamente la enigmática Media Luna, cincelada en una de las rocas a nivel del suelo. Según la leyenda, este es el punto de referencia que indica la entrada de la cueva donde se hallarían las disimuladas riquezas. Existen otros enclaves en el término en los que también señalan que se enterraron alhajas.

No sabemos si existe de verdad tal tesoro, lo que sí podemos apreciar es una especie de promontorio, bien definido por los fuertes desniveles en tres de sus costados. En el cuarto, hay un angosto pasillo que le une al resto de la cuesta. Las posibilidades defensivas del enclave fueron aprovechadas desde antiguo, ya que poseía fuertes murallas, con bandas de piedra hincadas por delante, que aún se pueden apreciar. Dentro del castro se han localizado fragmentos de cerámica, herramientas de hierro y ruedas. Aquí también se localiza la Forna do Castelo, oquedad u horno que se hace perceptible por el ruido a hueco que se produce al arrojar dentro una piedra.

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