DEL MOLINO Y LAS ÁNIMAS
Relatan que una noche de difuntos, una muchacha venía de moler de la aceña, con tan mala suerte que en mitad del camino derramó el costal de trigo que llevaba a lomos del burro. Se encontraba sola y no podía cargarlo de nuevo pero, de repente, aparecieron dos muchachas que le ayudaron, ella les dio las gracias y estas extrañas muchachas le contestaron: “no nos des a nosotras las gracias, sino a las ánimas del purgatorio” y desaparecieron, no sin antes advertirle, que no volviera nunca a salir de casa una noche como esta, ya que estaba reservada para las ánimas.
DE LA FUENTE Y EL DEMONIO
Narran que el demonio vestido de caminante esperaba en la fuente a los lugareños, después de un duro verano. Estos que negaron el agua al forastero fueron maldecidos por él, dejando tras de sí una estela de destrucción, de su fuerza sobrenatural se formaron los Infiernos de Almaraz. No obstante, los rezos de los vecinos, apaciguaron los desastres y el pueblo volvió a la normalidad.