El municipio pertenece a la reserva de la biosfera transfronteriza «Meseta Ibérica», espacio natural transfronterizo entre España y Portugal protegido en 2015 por la Unesco por el alto nivel de conservación de sus hábitats naturales y de las especies que lo habitan.
En los alrededores del pueblo existen bosques de castaños, robles y, sobre todo, pinares, por los que es una delicia caminar. La zona cuenta con una rica fauna autóctona de variadas aves, jabalíes, lobos, ciervos y corzos. Su ubicación de media montaña y la existencia de varios caminos agrarios convierten a la localidad en un centro ideal para hacer rutas de senderismo, tanto a pie como en bicicleta.
En cuanto a la naturaleza se refiere cabe destacar un rincón llamado Sahú, un precioso robledal situado justo antes de entrar en el pueblo (si se llega desde Zamora) que incluye un área de ocio. Es un lugar ideal para dar un paseo y tomar un refresco (durante el verano cuenta con un chiringuito) o realizar distintos ejercicios en su parque biosaludable. Alcañices cuenta, además, con una piscina, la de Palazuelo, alimentada por el pequeño curso de agua que atraviesa la localidad: el río Angueira. Ésta se ubica en la salida del pueblo hacia la Sierra de la Culebra dirección San Vitero-Villardeciervos.
Un espacio visitable que tiene mucho que ver con el territorio en el que Alcañices se encuentra es el Centro de Interpretación de Aliste, Tábara y Alba, situado en la sede del grupo de acción local (ADATA), justo al lado de la Torre del Reloj.
La pedanía de Alcorcillo cuenta con un área recreativa en la zona conocida como “La Ribera”. A 1.5km se encuentra un refugio forestal situado en la cima llamada “Portilla Blanca” desde el que se observan unas maravillosas vistas de la Sierra de la Culebra.