Declarado Conjunto Histórico-artístico en 1987, Villardeciervos constituye un bello ejemplo de la arquitectura rural de La Carballeda. Sus ricas construcciones son de piedra de sillería en su mayoría, con cerramientos en maderas nobles y tejados en la anaranjada teja tradicional.
El negocio del contrabando, desde 1850, enriquece al pueblo, construyéndose bonitas casonas de dos y tres plantas construidas en piedra rojiza de sillares o con mampostería bien trabada, en las que destaca el volado exterior de sus galerías. Paseando por sus callejuelas se tiene la impresión de que el tiempo se estancó aquí hace mucho y que todavía esconden sus miradas tras las «mirillas» de piedra de los muros de las casas los contrabandistas que en el siglo XIX se enfrentaron a los carabineros para proteger las mercancías que «importaban» de la vecina Portugal.
Algunas peculiaridades constructivas de Villardeciervos también se atribuyen a esta actividad, como los grandes portones por los que entraban los carros con mercancías. La opulencia generada por el contrabando, junto con el comercio y la manufactura de telas dejó como legado un precioso casco antiguo con elegantes casas de piedra, algunas de nombre evocador, como la «casa de los siete balcones» o de sombrío recuerdo, llamada así por los que posee en su fachada de magnífica sillería, como la casa de la forca o «casa de la Inquisición», debió servir de calabozo para el Santo Oficio. Como muy peculiar, junto a la carretera que partía hacia Cional se conservan algunas ruinas del que fuera El Palacio. Hay casitas humildes y grandes caserones, pero todos conservan el encanto de la piedra, de la madera y del saber hacer de los canteros gallegos que supieron dar forma al espíritu de esta villa.
No podemos olvidar sus fuentes típicas, distribuidas por el pueblo, que han sido rehabilitadas manteniendo su aspecto original. Las más importantes son los dos Caños de los que mana agua de manantiales naturales, y que en la actualidad siguen abasteciendo a los vecinos tanto para el consumo propio como para el riego de huertas, están situados en la zona alta del pueblo desde donde hay unas maravillosas vistas de toda la Villa.
En sus edificios religiosos destaca la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, sencilla construcción de origen en el románico, es característica por su cúpula. El cementerio envuelve al templo destacando de las bajas construcciones del caserío.