Fiesta de El ZangarrónLas fiestas mayores se celebran el primer fin de semana de septiembre, en honor a San Sebastián. A lo largo de estos días, se realizan encierros camperos, concursos y degustaciones gastronómicas, meriendas, catas de vinos, mercados medievales, charangas, verbenas nocturnas y conciertos; así como diversos talleres, juegos tradicionales, bailes y competiciones deportivas y, por supuesto, la esperada misa dedicada al Santo.

Otra de las fiestas que reúnen a todos los vecinos es el Magosto, que, con el paso del cristianismo se convirtió en el Día de Todos los Santos. Cada noviembre, la Asociación Cultural Melitón Fernández organiza el festejo y prepara las brasas para asar las castañas y hacer una barbacoa. Antiguamente era frecuente acompañar los magostos con vino nuevo e incluso queso. Normalmente, las chicas aportaban las castañas y los chicos el vino. El Magosto terminaba con bailes y juegos, y entre estos últimos el más común era el de tiznarse la cara unos a otros.

En la localidad aún se celebra Santa Águeda, el 5 de febrero. En ella, las mujeres del pueblo, ataviadas con sus trajes regionales, toman el bastón de mando del municipio por un día. Realizan una misa solemne y sacan a la imagen de la Santa en procesión. Tras finalizar la liturgia, la comitiva de mujeres emprende la marcha por las calles de la villa para pedir la miaja, entonando cánticos de tono picarón y bailando al son del tamboril.

Aquí también se celebran los Carnavales, con verbenas, desfiles y varios actos llevados a cabo por los quintos. Uno de ellos es la Boda de los Quintos, una especie de parodia de una boda real en la que no falta ningún detalle: la pareja de novios, encarnada por los quintos más mayores del año; los padrinos, siendo los quintos de menor edad; el cura y el monaguillo, oficiando la ceremonia; y más de un centenar de invitados, vecinos del pueblo que dan vida a esta peculiar comitiva, que recorre las calles de la localidad, ataviada con trajes de época, capas castellanas y mucho humor. De hecho, unas tuercas de gran tamaño sirven de alianzas para los contrayentes y un yugo de bueyes les sirve como refuerzo de su amor.

El cortejo lo encabezan los novios y los padrinos, acompañados detrás por sus invitados y numerosos vecinos del pueblo. Todos van desfilando por el pueblo, repitiendo la ceremonia en puntos destacados de la localidad, todo ello amenizado por la música de una charanga. Después de la realización de las múltiples ceremonias, tiene lugar el banquete nupcial.

Para concluir el fin de semana de Carnaval, se lleva a cabo la tradicional Carrera de cintas, en la que los quintos del año compiten pasando a caballo (o asno) por debajo de un cajón colgado, lleno de cintas, para coger el mayor número posible. Antiguamente, coger cintas no era el objetivo, sino decapitar un gallo con un garrote o espada, pero la sensibilidad actual hacia los animales ha permitido que se dulcifique la tradición. A esta costumbre se la denominaba Correr el Gallo. El quinto al que le tocaba realizar la ceremonia enumeraba sus pecados y fechorías, después transfería estos al animal, recriminándole su soberbia y su lascivia, razones por las que era condenado a morir decapitado.

Otra arraigada costumbre del pueblo, también relacionada con los quintos, es la que se celebra el 1 de mayo. Esta consiste en levantar el mayo, un gran tronco, con una frondosa copa de pino en su extremo más alto, que se clava en el suelo como símbolo de fecundidad y protección, de paso de la adolescencia a la vida adulta. Para plantar el mayo, los quintos cavan un hoyo en el suelo y, ayudados por sus familiares, amigos y vecinos, lo introducen en él y lo yerguen, garantizando su estabilidad. Entre los pueblos vecinos siempre ha existido rivalidad por ver quienes ponían el mayo más alto, pues era también símbolo de valentía.

Una de las fiestas que se está perdiendo es la dedicada a San Isidro, patrón de los agricultores, que se celebra con una misa en su honor, procesión y posterior bendición de campos, con el fin de que estén protegidos y den buenos frutos. Al finalizar esta, se disfruta de un ágape ofrecido por la Junta Agropecuaria Local, donde los pueden degustar varios aperitivos y limonada. Esta tradición cada vez cuenta con menos seguidores, a consecuencia de la disminución del número de labradores del pueblo.

Cada año, el lunes de Pascua de Pentecostés, numerosos sanzolanos y vecinos de otras localidades próximas se dan cita en la pequeña localidad de Bamba para celebrar la tradicional romería en honor a la Virgen del Viso, la patrona de la comarca de la Tierra del Vino. Ese día, aparte de asistir a los oficios religiosos, sus devotos se quedan después a comer en la pradera del pueblo, pasando el resto de la jornada en un ambiente festivo.

A finales de junio, el día 27, se festeja San Zoilo, patrón del municipio. El mismo día, se realizan una misa y una procesión, así como una exhibición del repique de las campanas de la iglesia, varias competiciones deportivas y una paellada que reúne a todo el pueblo.

La segunda quincena de agosto tiene lugar la Semana Cultural de Sanzoles, donde se realizan conciertos, mercadillos tradicionales, rutas cicloturísticas y culturales, juegos infantiles, bailes, catas, concursos, etc. Numerosas actividades en las que participan todos los vecinos, desde los más pequeños a los más veteranos.

Pero, sin duda, la fiesta más importante de la localidad es El Zangarrón, que se celebra los días 25 y 26 de diciembre y cuenta con el título de Fiesta de Interés Turístico Regional.

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