Sobre el río Tuela se alza un hermoso puente de estilo romano, construido a finales del siglo XVIII, en 1774, según las inscripciones, restauradas hace poco tiempo, que en encontramos en la parte central de ambos pretiles, hacia el interior de la calzada. En ellas se pueden leer en latín los nombres del maestro constructor, Baltasar Acamalle, y de quien ordenó levantarlo, Gregorio Francisco Montes; además de la petición habitual en este tipo de inscripciones: Rogad por ellos. Estas inscripciones aparecen flanqueadas por motivos decorativos tallados de volutas, propios del estilo barroco, y que confirman la fecha de su construcción.
El puente está construido a base de sillares de granito bien escuadrados. Su estructura es de lomo de asno, rematada por dos pretiles, coronados por sillares redondeados que ofrecen una gran elegancia al conjunto. Las pilas están formadas por tajamares aguas arriba, para dividir la presión ejercida por el cauce del río, y por contrafuertes aguas abajo. Gracias a la restauración de algunas de sus partes, hoy podemos observarlo en todo su esplendor. La modernización de los transportes y la anchura de éstos, ha hecho que la estrechez del puente complique el paso de grandes vehículos.