La Iglesia de Santa María posee un gran valor arquitectónico y es una de las construcciones más bellas de todo el pueblo. De estilo barroco, fue construida a finales del siglo XVIII, en 1779, según consta en la inscripción de un sillar interior.
Consiste en un templo de planta basilical, con crucero y una sola nave. Destaca por sus dimensiones, la calidad artística de su fábrica y la composición de su fachada occidental. Esta está coronada por un frontón partido, en el que se encuadra una pequeña imagen, tras la que se enroscan dos grandes volutas unidas por una guirnalda. Pilastras, ventanal, salientes y cornisas completan la parte baja, ya que, en lo alto, el campanario, encuadrado por ciegas torrecillas redondas, concluidas por semiesferas, se corona con cúpula, ligera y estilizada, sobre alto tambor y engalanada con largas guirnaldas recortadas.
En el interior, recientemente restaurado, observamos unos espléndidos retablos realizados por Xoxé Antonio Ferreiro Suárez, escultor natural de La Coruña, con numerosas obras en otros pueblos gallegos. Algunas de sus imágenes originales han desaparecido o fueron vendidas en el pasado ante la escasez de recursos.