La fiesta patronal, denominada Fiesta Chica, se celebra el 7 de enero en honor a San Julián, aunque por sus fechas no es un día muy celebrado. De hecho, la Fiesta Mayor está dedicada a la Virgen del Rosario y se realiza el primer fin de semana de octubre. Comienza con una Misa, tras el despertar vecinal al son de la gaita charra, el tamboril y las campanas. Por la tarde, tras comer en familia y celebrado el Rosario, los vecinos honran a la imagen de la Virgen, paseándola en procesión por las calles de la localidad, bajo otro repicar de campanas. Ya, junto a la Iglesia, comienza la esperada puja por los bollos maimones, protagonizada por las madrinas que los donan y los mozos atraídos por su gracia, quienes rivalizan por obtenerlos a costa de dejarse los bolsillos vacíos. Los beneficios se destinan a la Parroquia.
Estos festejos se completan con chocolatadas, bailes regionales en la puerta de la iglesia, comidas y paelladas populares para todos en el frontón, campeonatos de juegos tradicionales y verbenas para amenizar las noches. Es costumbre, además, que los mozos ronden de madrugada a las mozas y vayan a despertarlas con pastas y aguardiente. Una tradición muy arraigada es la de la Noche de las Camisetas Rotas, celebrada el primer jueves de octubre, en la que los jóvenes se reúnen para beber y, cuando ya están borrachos, romperse las camisas unos a otros, usando los trozos como trofeo.