Esta iglesia, que en tiempos remotos debió ser impresionante, data del siglo XVI y está ubicada en las proximidades del casco urbano. En 1895 se unificaron las parroquias en una sola, la de San Miguel, y esta, en peor estado de conservación, acabó en ruinas y hundiéndose a principios del siglo XX.
En la actualidad sólo quedan en pie los muros de la capilla mayor, con un gran arco triunfal de medio punto, desde el que se ve el arranque de la cubierta de la nave, ya desaparecida, y el muro de la torre, los pies de la iglesia. En la década de los ochenta, el recinto que abarca la capilla mayor se utilizaba como plaza de toros.