Boada es un municipio repleto de dehesas de robles, encinas y fresnos que dan al paisaje un toque de sobriedad a la vez que sirven como refugio y alimento de los animales.

Paisaje en La Laguna de la ZarzaCada zona del término destaca por un tipo de vegetación: en el oeste destacan los encinares y los robledales, como el del Pago de la Zarza, y los prados con pastizales, desde la Dehesa hasta Valdemilladero; al sur tenemos la zona adehesada, con los Pagos de los Concejiles, Porciones, la Cruz o Valhondo; y al norte, entornos de una belleza espectacular, como las Majaditas, Boruya, la Huerta Vieja, Cantos Blancos o la Majada de los Toros. En el centro encontramos los campos de cereal y de pasto forrajero en las Mojedas, Ánimas, Rascaviejas o Salve.

El clima que predomina en Boada posee las características típicas de la meseta, con veranos cortos y cálidos e inviernos largos y fríos; climatología que permite la existencia de diversas especies de animales, como los conejos, los zorros, los jabalís o algunos lagartos, y aves como los milanos, las perdices o las palomas torcaces. En sus múltiples fuentes y charcas, como la Redonda, la de la Arquita o la de la Perdiz, podemos observar la presencia de ranas, sapos y gran variedad de peces.

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