En su tiempo, Ceadea fue un pueblo alfarero, con la existencia de hasta diez tejares que elaboraban tejas además de ladrillos y baldosas. Hoy aún quedan restos de algunos de ellos. Estos tejares son del tipo hormiguero de doble cámara.

La arcilla era de gran calidad y se recogía de El Barrero, que se encontraba a la entrada del pueblo.

El Hotel Rural El Tejar de Miro de la localidad, rinde homenaje en sus instalaciones a este viejo oficio. Cuenta con una exposición permanente que integra paneles explicativos y una muestra de cómo se trabajaba el barro en Ceadea. 

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