Las fiestas patronales se celebran el día 7 de agosto, en honor a San Cayetano. Durante estas, se realizan verbenas populares, degustaciones gastronómicas, actividades deportivas, juegos tradicionales, y por supuesto, misa y procesión dedicadas al Santo. Estas fiestas concentran a un gran número de gentes, que vuelven al pueblo de sus padres y abuelos para celebrar en familia y como antaño las costumbres de Castrelos.
En cuanto a sus tradiciones, Castrelos sigue manteniendo vivas algunas de ellas, como la matanza del cerdo, a partir del 11 de noviembre. Esta era uno de los grandes acontecimientos en las tierras de As Portelas, ya que reunía a toda la familia y solía durar dos o tres días. Durante esos días todos los familiares y vecinos ayudan en las labores y comen productos de la matanza. Estas labores consisten en matar al cerdo, desangrarlo, chamuscarlo, abrirlo en canal y destazarlo para, posteriormente, hacer adobos, chorizos, morcillas, hojas de tocino, jamones, paletillas, lomos etc.
Tampoco hay que olvidar otras manifestaciones del patrimonio inmaterial de la zona, como son las historias de contrabando. Y es que, en tiempos remotos, los lugareños más arriesgados vieron en la proximidad con Portugal la solución para paliar las necesidades de los años de postguerra en los que escaseaba todo. De ahí que hayan dejado un reguero de historias y aventuras, donde se cuenta cómo, en noches de correrías, burlando a los guardias por los montes, los sanabreses volvían a sus casas cargados de café, tabaco, toallas, sábanas, harina, pan, legumbres… Siempre pendientes de no tropezar con sus vigilantes. El paso del tiempo, el aumento del nivel de vida en la comarca y el fin de las fronteras han transformado los caminos del contrabando en rutas de senderismo para disfrutar de la naturaleza. No obstante, aún se siguen contando estas historias, contribuyendo así a su mantenimiento.