El pueblo de Barjacoba está situado en una de las zonas más accidentadas de la provincia de Zamora, ya que se encuentra en el valle que conforman la Sierra Cabrera, la Sierra de la Culebra, la Sierra Segundera y el Macizo de Trevinca. Se halla a una altitud de 1243 metros, por lo que no posee las condiciones climáticas regulares de la provincia zamorana. De hecho, tiene un clima propio de las zonas montañosas, con inviernos muy fríos, con fuertes ventiscas de agua y nieve; y con un verano muy corto, pero de agradables temperaturas.
Los alrededores de Barjacoba esconden lugares mágicos, de una frescura y belleza que pocas veces se pueden ver. El hielo modeló, en tiempos pasados, el encajonado valle en el que se sitúa. El río del mismo nombre, con sus puras y cristalinas aguas, es ahora el encargado de modelar a su antojo la orografía del mismo y de aportarle también riqueza y belleza. Sin duda, un paraíso para senderistas y pescadores, con maravillosos paisajes de alta montaña, una rica fauna y gran variedad de plantas.
En cuanto a la flora del lugar, el roble es una de sus señas de identidad, aunque también cede espacios a otras especies, como el acebo, el abedul, la vegetación de ribera (alisos, chopos, fresnos...), los pinos de repoblación o los castaños, que han encontrado aquí un hábitat ideal desarrollando impresionantes ejemplares centenarios. También existen varias especies de matorrales, que sorprenden por su multitud de propiedades y aplicaciones, tanto medicinales como culinarias, ya que sirven para aromatizar aguardientes y para especiar guisos y embutidos; de setas y hongos, tanto comestibles como venenosos; o de líquenes y musgos, que visten de plateado y verde las ramas y cortezas de nuestros árboles y piedras.
Entre tanta vegetación no es extraño encontrar una fauna variadísima. De hecho, en los bosques del municipio aún podemos ver corzos, zorros, ardillas, erizos, nutrias, jabalíes, jinetas, gatos y cabras monteses. No obstante, tres son los señores de estas tierras: la trucha, reina de los ríos; el ciervo, príncipe de los bosques y el soberano de la montaña sanabresa: el lobo ibérico, temido y admirado a la vez. Pero no solo destacan los mamíferos, también son importantes las aves rapaces, que nos observan desde lo alto; y es que Barjacoba está situada en la ZEPA del Lago de Sanabria y alrededores, enclave excepcional para los amantes de la ornitología.
Las altas montañas, los bosques de abedules, robles o tejos, el aire puro y esa sensación de libertad que emana de la naturaleza, convierten a Barjacoba en el paraje adecuado para perderse y encontrarse con uno mismo.