El pandero cuadrado, en el habla local, "panderu cuadráu", es un antiguo instrumento de origen asturleonés de la familia de los membranófonos, construido sobre un bastidor cuadrado de madera forrado de piel por ambas caras. Se ha mantenido gracias al aislamiento en que ha permanecido la zona hasta hace algunos años, siendo éste, un instrumento exclusivo de mujeres. En Peñaparda es tañido con una porra similar a la de un tamborilero. Se apoya una esquina del pandero sobre el muslo de la pierna izquierda que, normalmente, está apoyada en una silla baja; el dedo pulgar de la mano izquierda permanece enganchado al "rabero" y se aprovecha el resto de la mano para percutir por detrás. La mano derecha empuña una porra o baqueta con la que se aporrea el pandero y el marco.
La popularidad de este instrumento es creciente, a pesar del estrecho marco geográfico al que se circunscribe, debido a la atracción que supone en la etnografía actual un elemento tradicional de esta índole, y al juego musical que se obtiene con este instrumento.
La fiesta la organiza la Asociación del mismo nombre en colaboración con el Ayuntamiento, se celebra el último fin de semana de julio y es un evento consolidado como referente en el mundo del folklore, tras varias ediciones en las que han participado solistas de renombre en la música tradicional, además de numerosos grupos folklóricos.
Con esta fiesta se pretende ensalzar este singular instrumento, dar a conocer el rico folklore local y promocionar el patrimonio histórico, apostando por la pervivencia de las tradiciones y haciendo protagonista al pandero, que es un rasgo distintivo del pueblo, por ser único en la provincia, símbolo del apego a las tradiciones más ancestrales. La fiesta contiene numerosas actividades, entre las que destacan una feria de artesanía, alboradas y bailes, el tradicional pasacalle, varias actuaciones y conferencias, talleres de construcción y toque del instrumento, etc. Son, sin duda, unas celebraciones marcadas por la tradición, la música y la cultura.