La iglesia, de los Siglos XI-XIII, conserva en el hastial una celosía de un desaparecido rosetón, labrada en caliza, con forma semielíptica con dos saeteras laterales, otras dos menores en el centro, tres oculillos y varias cruces de Malta grabadas. Empotrado en el muro del testero de su iglesia parroquial, descentrado, se aprovechó un fragmento de una celosía que por sus formas ha de ser del siglo X, de época mozárabe. Está trabajada en una lastra recortada en arco semicircular, en la que se horadaron cuatro estrechas aberturas a modo de saeteras, aparte de otros agujeros insinuados y sin luz. Además, se añadieron dos óculos calados diminutos y un botón grande central, con forma de casco de esfera, pero sin agujerear. En un intento de demostrar con insistencia su carácter cristiano se cincelaron cuatro cruces patadas de brazos iguales. Es con todo ello una pieza interesante y abigarrada, ruda en su ejecución pues existen fallos en su simetría. Sus orígenes y el edificio para el que se hizo se desconocen. Quizás existió aquí algún ignorado cenobio o una iglesia secular en épocas lejanas.