Respecto a los lugares que merecen la pena ser visitados, hay que destacar dos por encima del resto. Por un lado, tenemos el que es, tal vez, su elemento más representativo: la Torre del Reloj, de la cual dice, con cierta sorna, la jota alistana:
Si pasas por Alcañices,
No preguntes qué hora es,
Porque el reloj de la plaza,
Da la una y son las tres.
La Torre del Reloj es en realidad uno de los cuatro cubos que se conservan de la antigua muralla que cercaba la villa y que recibe este nombre porque se le dio altura y en él se ubicó el reloj del pueblo cuyo mecanismo data del siglo XIX. Los otros tres que aún permanecen en pie y los que podemos visitar son el «de la Villa» o la Fuente” ubicado en la calle La Fuente, el «del Trincherón» situado en la callejuela del mismo nombre y el «del Tíacañona» siguiendo la muralla a continuación del cubo de la Fuente.