Almaraz de Duero cuenta con cuatro rutas, fundamentadas en su extenso patrimonio cultural, ligado a la belleza del paisaje y a la gran variedad de especies que forman su flora y su fauna, características que hacen de este municipio un lugar excepcional para practicar el senderismo. La información de las mismas está disponible en la página web del ayuntamiento, así como en sendos carteles a la entrada del pueblo, en la plaza y al comienzo de cada una. Todas ellas son de fácil realización y están señaladas, aunque es conveniente contar con su descripción detallada, ya que la señalización no siempre aparece en los desvíos.
Ruta 1: La Ribera del Duero. Esta primera ruta nos lleva a descubrir un Duero con continuos contrastes entre corrientes y remansos. Se hace a pie, con salida y llegada en el pueblo, posee una distancia de 4 kilómetros y una duración variable, según las posibilidades del caminante, y transcurre, a través de carretera, camino y senda, por lugares de gran interés, como el puente de Joyalada, las aceñas de la Catuja y del Saceo, los Cañales, Los Infiernos, La Vega y El Soto del Obispo y el río, en lo que llaman el inicio natural de los Arribes del Duero. A partir del molino del Saceo, la excursión puede prolongarse todo lo que el visitante desee.
Ruta 2: San Pelayo e Inicio Natural de los Arribes del Duero. Esta segunda ruta se hace a pie, con salida y llegada en el pueblo, a través de camino y senda, y dispone de una distancia de 5,5 kilómetros, ida y vuelta, y un tiempo de duración aproximado de 1 hora y media. Partiendo desde detrás del Ayuntamiento, en dirección sureste y siguiendo por la Calle de Santa Olaya, sin tomar otros desvíos que salen a derecha e izquierda, se llega hasta el paraje de San Pelayo, ubicado sobre un promontorio rocoso con impresionantes vistas al río Duero y a la central eléctrica de El Porvenir, en la otra orilla. En este lugar, se pueden contemplar los restos de la ermita de San Pelayo, así como el santuario rupestre de gran interés que se encuentra a su alrededor, haciendo de esta ruta una de las más atractivas de Almaraz.
Ruta 3: Las Pilas. La tercera ruta presenta un recorrido circular, con una distancia de 5 kilómetros, baja dificultad y una duración de 2 horas y media. Recorre, por caminos y sendas, varios puntos de interés, entre los que se encuentran la cascada de las Pilas, las pozas del Arroyo de los Molinos, las grutas del arroyo, los cañones del Duero, la fuente tardorromana, las ruinas de la antigua explotación minera y de las aceñas y, por supuesto, el colorido paisaje del lugar.
Esta ruta tiene su origen en la plaza del pueblo y discurre casi en su totalidad por buenas pistas, exceptuando el acceso a la parte superior de la cascada de las Pilas, que se realiza mediante una cuerda amarrada a la pared y una escala de hierro dispuestas para tal efecto, y el recorrido por la gruta, cercano a los 50 metros, que, si no sale mucha agua, se debe de salvar para acceder a la parte más alta de las cascadas y disfrutar de las increíbles vistas del entorno.
Toda la ruta está acompañada por unos paisajes de impresionante belleza, algunos de monte bajo y fincas de cereal, tan típicos de la comarca, y otros con escarpadas paredes, ríos encajonados y espectaculares cascadas, propio de los Arribes. A todo esto, hay que añadir el patrimonio cultural que forma parte del recorrido, convirtiendo este sendero en un destino obligatorio para los amantes de este deporte.
Ruta 4: Las Minas. La última ruta, con una distancia de 6 kilómetros y 3 horas y media de duración, tiene como destino los restos de las explotaciones mineras de La Teresa y Jorneras, lugares de mayor actividad minera del pueblo, situados al suroeste del término municipal. En ellas, es posible apreciar dos lavaderos de estaño circulares, almacenes, casas y barracones que los mineros construyeron cerca de la mina, para evitar los largos desplazamientos diarios que les suponía llegar a su lugar de trabajo. Además, existen numerosas galerías que se pueden visitar, siempre teniendo en cuenta las precauciones necesarias a la hora de transitar a través de ellas. Desde estos puntos también se puede apreciar la belleza del río Duero y el campo sayagués al otro lado.