Villardeciervos, situado en la comarca de La Carballeda y a los pies de la Sierra de la Culebra, declarada Reserva Natural, se encuentra a unos 65 km al noroeste de su capital, Zamora, y a unos 36 km del paso fronterizo más cercano a Portugal, por la carrtera ZA-P-2438 y ZA-912. En la actualidad cuenta con unos 430 habitantes.
El casco urbano que constituye la villa de Villardeciervos es declarado conjunto histórico-artístico en 1987, convirtiéndose así en un BIC (Bien de Interés Cultural) de obligada visita. Su encanto reside en lo histórico de sus calles y fachadas, como la casa de los siete balcones, los edificios que custodian la plaza mayor, la construcción donde se ubica el ayuntamiento, los empedrados, la curiosa calle de Abrazamozas, las fuentes y los caños.
Esta preciosa villa ha sabido conservar su arquitectura típica de casas de piedra y balcones de madera, así como la iglesia de Ntra. Sra. de La Asunción, de origen románico y restaurada recientemente. Sin olvidar sus fuentes típicas, distribuidas por el pueblo, que han sido rehabilitadas manteniendo su aspecto original.
De su emplazamiento destaca el privilegio de estar situado en el corazón de La Sierra de la Culebra, conjunto montañoso declarado Reserva Regional de Caza desde 1973 y considerada Espacio Natural Protegido. Los colores, olores y sonidos del pueblo permanecen enmarcados con los agradables ecos de su entorno natural y el tímido bullicio de su fauna silvestre.
Alberga la mayor concentración del protegido Lobo Ibérico de toda la Península, y en sus bosques de coníferas y robledales, se cobija una rica y variada fauna como, jabalíes, corzos, liebres, aves rapaces y el noble animal a quien debe su nombre, el ciervo.
El entorno de Villardeciervos aporta la riqueza de sus frondosos bosques de repoblación, generalmente coníferas, y bosques autóctonos de robles, robles negros (marojos) y sus mágicos castaños.
Los orígenes de Villardeciervos se remontan al siglo XII a.C., período en el que se revela y extiende el uso del hierro como material para la realización de útiles, herramientas y armas. Lo que hoy en día se conoce como “Peña del Castro”, estuvo habitada durante la Primera y la Segunda Edad del Hierro hasta la época romana. La agricultura, la ganadería, caza, pesca y recolección de frutos, junto con la actividad minera, constituyeron el medio de vida de los cervatos durante siglos. Hoy se conservan los restos del Puente de las Fraguas, donde permanecen las escorias como signo de lo que en otra época fue un medio de vida y subsistencia. En viviendas circulares con techumbre soportada sobre zócalos de piedra y rematada con ramaje, hacía su vida la población en aquellos tiempos, manteniéndose situada en la propia Peña del Castro.
Parece que el descuido y abandono de la Peña del Castro como asentamiento se produce en los primeros años del siglo I a.C., es a partir de éste momento cuando la población es trasladada por los romanos a zona llana en el corazón de la Sierra de la Culebra. Destacó Villardeciervos en ese tiempo por pasar por ésta zona la calzada romana que unía Braga con Astorga, lo que le confirió a la población una gran importancia tanto económica como estratégica y militar.
En la época medieval, aparece el nombre de Villardeciervos, como “Vilar de Cervos”, escrito en un documento de mediados del siglo XII, refiriéndose a él como posesión del Monasterio de Moreruela. Menos de una década después, el entonces Papa Alejandro III, libra del pago de diezmos a Villardeciervos. Sus atractivos pastos y montes provocan que en 1305 sea acotado todo el término de Villardeciervos por el Monasterio de Moreruela.
Durante el siglo XIV, Villardeciervos se convierte en unidad agraria dependiente del Monasterio de Moreruela. Pero poco a poco los dominios de la Orden Cisterciense, fueron otorgados a fuero a campesinos dependientes de la misma, consiguiendo el Monasterio rentas de quienes explotaban las tierras.
El término de Villardeciervos pasa afínales del siglo XIV a manos del tercer Conde de Benavente, Don Alonso Pimentel. Terminando el siglo XV, la Casa de los Condes de Benavente cede los derechos de cobro al noble Pedro Sarmiento. Derechos que irán pasando de generación a generación, apareciendo en 1752 Diego José de Oca como “dueño de Villardeciervos” en un escrito.
Villardeciervos destacó por su episodio en la Guerra de la Independencia ganando a los franceses. En 1823, 27 cervatos se enfrentaron a 42 hombres a caballo constitucionales situados en los alrededores del pueblo, dirigidos por el Teniente Coronel Alonso Martín. En el anverso de la banda otorgada figuraba la Inscripción: “A los valientes defensores de su rey Fernando VII”, y en el reverso: “Realistas de Villar de Ciervos. Año de 1823”. En 1834, Villardeciervos sufre una epidemia de cólera que diezmó su población. Su economía persiste fuerte en agricultura y ganadería, destacando también en ésta época por su actividad comercial y la producción de telas que aprovechaba las materias primas del entorno.
Pero lo que realmente define su desarrollo fue el contrabando desde 1850, lugar de fronteras que adquiere riquezas comerciando con tabaco que bajaba de Santander, ropa de algodón y sal. En el año 1853, el Gobernador de Zamora, Antonio Querola, tuvo noticias de un alijo de contrabando que había entrado al pueblo y mandó una sección de carabineros para requisarlo. Pero cuando se acercaron al pueblo, los contrabandistas los recibieron a tiros haciéndoles retroceder. Entonces, el comandante de la partida dio parte al gobernador y éste envió una carta a la reina contándole que la localidad de Villardeciervos se hallaba en pie de guerra a causa de lo sucedido, a lo que la reina contestó que pusiera todos los medios a su alcance para reestablecer el orden. Así, el 22 de enero de 1854, el gobernador mandó concentrar en Villardeciervos a todos los carabineros de la provincia de Zamora, viniendo él personalmente a dirigir las maniobras. Después de estar dos días acampados en el Ayuntamiento, consiguieron apresar a los siete cabecillas de la revuelta y llevarlos a la cárcel de Zamora. Poco tiempo después, un descendiente del pueblo entró a formar parte del nuevo gobierno y lo primero que hizo fue sacar de la cárcel a los siete prisioneros que vivían del contrabando.
Villardeciervos fue importante centro distribuidor de toda clase de materiales y alimentos procedentes de Portugal. Ello generó a lo largo del pasado siglo y principios de éste, una economía boyante a la que, por el contrario, fueron ajenos otros municipios de la zona.