El Dolmen del Tesoro, verdadero hito paisajístico fácilmente identificable, se encuentra al oeste del casco urbano de Morales del Rey, sobre la terraza superior del río Eria, y se cree que fue construido entre los años 3500 y 3000 a. C. Se trata de un sepulcro de corredor que aún conserva la cámara funeraria circular y el pasillo de acceso a la misma, orientado hacia el sureste. Está realizado con lajas de cuarcita y rodeado por un túmulo de tierra. Dentro de él se han encontrado diversos objetos que formaban parte del ajuar, como vasijas, cerámica, láminas de piedra, cuchillos, collares, etc., y que, en la actualidad, se encuentran en el Museo Provincial de Zamora.
La restauración llevada a cabo en 1995, después de su excavación, se limitó a poner en pie uno de los bloques de la cámara que se encontraba caído, así como a reforzar con bloques de mampostería sin argamasa los intersticios existentes entre las lajas conservadas, evitando así que el sedimento del túmulo se vaciara sobre la cámara.
Junto al original se ha construido una réplica a escala real del mismo, que representa cómo pudo ser en realidad, con su corredor de acceso completo y la cámara cubierta. Esta recreación se puede visitar tanto exterior como interiormente.
Esta construcción, que debe su nombre a un tesorillo de monedas de bronce de época romana halladas en las inmediaciones, conforma, junto con los dólmenes de Arrabalde, San Adrián y Granucillo de Vidriales, el conjunto megalítico más importante de la provincia de Zamora. Además, se encuentra encuadrada dentro de las Rutas Arqueológicas por los Valles de Benavente y está estrechamente unida al Aula Arqueológica del Neolítico y el Megalitismo, sita en esta misma localidad.