Es un yacimiento de arte rupestre encuadrado dentro de la Edad de Bronce. Ubicado en la localidad zamorana de Linarejos, municipio de Manzanal de Arriba. Los primeros ejemplos de pintura rupestre esquemática encontrados en la provincia de Zamora son los Abrigos del Melendro y la Covacha del Portillón donde se emplea la técnica de la pintura sobre soportes cuarcíticos.
La Covacha del Portillón fue descubierta en 1977 por Grande del Brío. Se encuentra situada al sur de la localidad zamorana de Linarejos. Ubicada muy cerca del punto más elevado de toda la Sierra de la Culebra, el pico de Peña Mira. Dentro de esta covacha se encuentran diversos motivos esquemáticos como antropomorfos, ancoriformes, cruciformes, barras, bastones, etc., todos ellos realizados en colores rojizos y anaranjados.
Se trata de una pequeña cavidad de origen cuarcítico, con unas dimensiones muy reducidas, 9 m de largo, 3,5 m de ancho y 3 m de altura en el interior de la misma. La entrada se encuentra orientada al Norte, dominando el paso del Portillón, si bien al Sur de la misma se encuentra otra abertura de reducidas dimensiones que proporciona luz al interior de la misma. Desde la covacha se domina completamente todo el valle, por lo que hablamos de una ubicación estratégica importante. Igualmente es visible el cercano Canchal de Melendro, también con representaciones esquemáticas, que se encuentra ubicado en la parte opuesta de dicho valle.
El Canchal de Melendro es difícil de localizar debido a su inexacta señalización, no presenta demasiados motivos y sus pinturas se localizan en las inmediaciones del arroyo Melendro. Cuenta con cuatro grupos de barras pintadas de color rojo muy descolorido. Las pinturas del Abrigo de Melendro se encuentran al Sur del paso del Portillón, en las inmediaciones del Arroyo de Melendro. Dicho abrigo se encuentra orientado hacia el Oeste, y mide 10 m de anchura. Desde el Abrigo de Melendro se puede observar con total claridad la Covacha del Portillón, lo que parece indicar cierta conexión entre ambos yacimientos. En esta covacha se aprecian claras muestras de deterioro, producidas por las numerosas hogueras que se han producido en su interior, y cuyos restos de ceniza cubren la práctica totalidad de sus paredes. Parece haber podido ser utilizada para plasmar algún motivo esquemático, o cuanto menos haber sido utilizada como refugio temporal por los artistas que realizaron las pinturas del Canchal de Melendro.