El municipio de Hermisende, situado en un pequeño valle, a la vera del río Tuela, se encuentra en la comarca zamorana de Sanabria, dentro de la denominada Alta Sanabria. Está enclavado en la esquina noroeste de la provincia de Zamora, haciendo frontera con Orense y Portugal y a una distancia de la capital de 146 km. Comparte término municipal con las localidades de Castrelos, Castromil, San Ciprián y La Tejera.
El origen de su topónimo se cree que pudo ser germánico, utilizado desde época visigoda. Según la leyenda, en aquellos tiempos pasó por tierras sanabresas una reina llamada Hermelinda, que quedó prendada de este lugar, por lo que hoy le debe su nombre. No sabemos si existió en verdad tal reina, pero de lo que sí tenemos constancia es de la existencia de nombres femeninos similares en los ámbitos reales asturleoneses de la Alta Edad Media, posiblemente relacionados con el origen del nombre de la localidad.
Este pequeño pueblo, rodeado por inmensos bosques de castaños milenarios, cuenta con unos 90 habitantes, que dedican su tiempo a la agricultura y la ganadería, de la que destacan la afamada ternera sanabresa y, en menor medida, el ganado ovino y porcino. Actualmente se ha reducido el número de explotaciones que se dedican a la ganadería, a pesar de haber sido el principal sustento de los habitantes de la zona, ya que cada vez más personas se dedican a otro tipo de actividades. De hecho, esta siempre ha sido tierra de caza y pesca, tanto para visitantes, como para vecinos, pues constituyen dos grandes atractivos de Sanabria, aparte de ser una buena fuente de riqueza.
También destaca la recogida de castañas, fruto más significativo del municipio, que se ha convertido en una de las principales fuentes de generación de recursos para Hermisende. En las últimas décadas se han repoblado muchas tierras con castaños y se han recolectado más de 200.000 kg. de castañas de gran calidad, producción que en unos años se verá doblada. De hecho, el municipio ya cuenta hasta con un centro de recogida, selección y venta de castañas que, actualmente, está gestionado por una empresa dedicada exclusivamente a estas actividades.
En cuanto a su historia, sabemos que la presencia humana en la zona fue precoz. De hecho, se han encontrado varios petroglifos en el paraje de Pedra as Ferraduras y algunas muestras de arte rupestre en los afloramientos graníticos de sus inmediaciones. Sus habitantes pronto se agruparon en castros, hasta que los romanos, como en toda la Península, llegaron y dejaron su impronta indeleble. Pero su tiempo acabó pasando, así como el de los visigodos, de cuya época se presume que es el topónimo del lugar, y el de los musulmanes, quienes consiguieron que los lugareños les adjudicasen toda aquella leyenda o construcción de la que no se tuviera claro el origen. Lamentablemente, en Hermisende pocos son los restos que quedan de estos periodos.
La historia documentada del municipio nos lleva hasta la época de la Reconquista, en plena Edad Media. Aquí fue donde nacieron la mayoría de los pueblos que conocemos, incluido, claro está, Hermisende, que pasó a formar parte del Reino de León. Lamentablemente, tras la independencia de Portugal en el siglo XII, no queda clara su adscripción territorial, ya que ambos reinos se disputaron su dependencia. Algunos autores atribuyen el municipio a Portugal, hasta la Guerra de Restauración portuguesa (siglo XVII); otros aseguran que existe documentación que demuestra que Hermisende pertenecía al Reino de León antes de esa época. En todo caso, de lo que no cabe duda es de que, tras esta guerra, el municipio perteneció a España, habiéndose integrado, al crearse en 1833 las actuales provincias, en la provincia de Zamora, dentro de la Región Leonesa.