Alcañices se situa en la zona oeste de la provincia de Zamora, a 59 km de Zamora capital y junto a la frontera con Portugal. Su ubicación le confiere una notable importancia estratégica, derivada de ser uno de los principales puntos de paso en la frontera hispano-lusa. Se encuentra ubicado en la comarca de Aliste, de la que ha sido históricamente la capital religiosa, social, cultural y comercial. Su importancia es aún notable ya que es el único municipio de la comarca que cuenta con más de un millar de habitantes. Su término municipal está formado por las localidades de Alcañices, Alcorcillo, Santa Ana y Vivinera.
Alcañices es una localidad que ofrece diversos atractivos al visitante. A diario recibe gente que llega del resto de localidades de la comarca (para hacer compras o trámites administrativos) como procedentes de cualquier otro sitio, al ser atravesada por la carretera N-122, que conecta Zaragoza con la frontera portuguesa. Es más, Alcañices es la única población en los 80 km que hay desde Zamora hasta Portugal en la que la carretera se interna hasta el mismo centro urbano y se encuentra a solo 3 km del país vecino si tomamos la carretera de Tres Marras, que se dirige a Vimioso. Además, Alcañices se encuentra equidistante (a menos de media hora en ambos casos) a las dos localidades portuguesas de mayor interés turístico: Bragança y Miranda do Douro, aunque otras localidades como son Outeiro y Vimiosso, son muy recomendable visitar.
Su casco histórico está protegido como bien de interés cultural en la categoría de conjunto histórico bajo la denominación de «Recinto Murado de Alcañices».
Alcañices es altiplanicie central, con geografía ondulada, alternando paisajes de secano con leves montículos, producto del paso del campo castellano a la montaña leonesa. El suelo corresponde a la zona silícea en el que abunda la arcilla. El río Angueira transita por el pueblo procedente de unos manantiales situados a algunos kilómetros de Alcañices, paraje conocido como la Ribera. El río Aliste es el más importante de la comarca que pertenece a la cuenca del Duero.
En la actualidad Alcañices cuenta entre sus muchas actividades con el turismo rural, aunque centra su economía en la ganadería y en el cultivo de hortalizas. Posee alguna industria de carpintería. Tiene su sede en Alcañices la entidad público-privada Asociación para el desarrollo de Aliste, Tábara y Alba, para la dinamización económica de la zona
Su nombre es de origen árabe y significa «las iglesias», o «las cañas o cañizos» según otros.
Indicios arqueológicos cercanos a Alcañices muestran que existió una población romana asentada, que podría haber conformado un castro romano en lo que después sería la fortaleza templaria. Además, por Aliste cruzaba una calzada romana que en la actualidad se denomina Camino Morisco y que tiene ramificaciones y enlaces con otras vías que se dirigían al norte.
En el siglo X Alcañices habría quedado integrado en el Reino de León, cuyos monarcas habrían acometido la repoblación de la localidad dentro del proceso repoblador llevado a cabo en Aliste. Alfonso IX de León la configuró como fortaleza de frontera y la cedió como encomienda a la Orden del Temple en 1175. Esta situación la completó Alfonso X el Sabio el 5 de julio de 1255, cuando otorgó a los templarios la renta martiniega de Aliste y Alcañices. Durante el Renacimiento fue villa de señorío y cabeza del Marquesado de Alcañices.
Esta villa es recordada especialmente por haber sido sede del Tratado de Alcañices, acuerdo entre Fernando IV de Castilla y Dinís I de Portugal, que el 12 de septiembre de 1297 definió la frontera entre Portugal y la Corona de Castilla, la más antigua de Europa. Estos límites han permanecido prácticamente inalterables hasta nuestros días.
Por otro lado, no nos podemos olvidar del pasado judío de Alcañices, aunque no han quedado testimonios materiales. Consta, eso sí, que existió una judería en el pueblo, de la que hoy nos da testimonio la denominación de una roca situada en las inmediaciones de la localidad: la Peña de los Judíos.
Gómez Pérez de Valderrábano recibió de Enrique II de Castilla la villa de Alcañices como pago de sus servicios en la guerra civil contra Pedro I de Castilla. Este fue el inicio del señorío de la Casa de Almanza en tierras zamoranas. Durante las cortes de Burgos de 1379 el nuevo rey, Juan I de Castilla, volvió a reiterar dicha donación. Desde 1371 y hasta 1820 Alcañices fue una villa de señorío del Marquesado de Alcañices, que en 1741 pasó a formar parte de la Casa Ducal de Alburquerque.
Durante la Edad Moderna, Alcañices encabezó uno de los partidos en que se dividía la provincia de Zamora. La villa fue incendiada por Juan IV de Portugal en 1643 y fue escenario de batallas durante la Guerra de la Independencia Española, cuando en 1813 el general La Croix sorprendió al intendente Echevarría y cuando el mariscal Massena envió dos divisiones para someter Alcañices y Puebla de Sanabria después de la toma de Ciudad Rodrigo. Alcañices era la sede de la partida de guerrilleros de Tomás García Vicente. En 1834 se creó el partido judicial de Alcañices que perduró hasta que fue suprimido e integrado en el Partido Judicial de Zamora en 1983.
En 1833 con la creación de las actuales provincias, Alcañices fue encuadrado en la provincia de Zamora, dentro de la Región Leonesa, aunque, ya en el siglo XX, tras la constitución de 1978, y la diversa normativa que se desarrolla a partir de la misma, Alcañices pasó a formar parte en 1983 de la comunidad autónoma de Castilla y León, en tanto municipio adscrito a la provincia de Zamora