Este yacimiento arqueológico se encuentra ubicado en el monte de El Pico, al este del término municipal de Castrillo de la Guareña, en los límites con las provincias de Valladolid y Salamanca. Está formado por diversas estructuras circulares y rectangulares sin articulación entre sí, que pueden interpretarse como habitaciones o silos. Además, las excavaciones han proporcionado un gran número de restos cerámicos, óseos, líticos y metálicos que se corresponden con la Cultura del Soto de Medinilla, de la Primera Edad del Hierro, único período de ocupación, al no haberse localizado restos de otros períodos.

Su importancia radica en que es el único asentamiento de la Edad del Hierro situado en el sector meridional de la cuenca del Duero, ubicado en La Guareña zamorana. Este hecho en sí mismo es ya importante, porque niega que existiera un despoblamiento de esta región durante toda la Edad del Hierro, debido al agotamiento del territorio por sobreexplotación en períodos precedentes.

Asimismo, establece un punto de conexión intermedio entre los poblados coetáneos de “El Cerro de San Vicente” en Salamanca, “La Mota” en Medina del Campo y “Valcuevo/Los Castros” en Villalazán, con los que indudablemente guarda relación material y cultural. De esta forma, ocupa un lugar privilegiado en lo que era una vía de comunicación secundaria en época romana, convertida en Calzada Real durante la época medieval y moderna, estableciendo un dominio absoluto sobre el valle.