Los origenes de una de las villas más hermosas del nordeste transmontano son desconocidos, a pesar de ello, su ocupación medieval es atestiguada por su “velho castelo” (castillo viejo), con su situación estratégica en plena línea defensiva de la frontera dominando el horizonte. La centralidad del municipio, en cuanto región del Nuevo Reino, fué otorgada por orden de D. Alfonso III, en 1.272, más tarde renovado por el rey D. Manuel, en el año 1.512.
En la villa de Mogadouro, es indispensable una visita a su casco histórico donde encontramos el Castillo de Mogadouro, la Iglesia Parroquial (Igreja Matriz) de origen medieval, la Iglesia de la Misericordia, el Pelourinho (rollo de justicia) y las preciosas construcciones tradicionales que podemos descubrir en cualquiera de las aldeas del municipio, huella imborrable de un patrimonio rural extraordinariamente rico.
El municipio de Mogadouro, encajado entre el profundo valle del río Duero y la “bacia do Sabor” (la cuenca del Sabor), ocupa el prolongamiento del Planalto Mirandês que, a su vez, continúa el Planalto Leonês (en las regiones de Zamora y Salamanca). Linda con los municipios de Vimioso, Miranda do Douro, Alfândega de Fé, Torre de Moncorvo y Freixo de Espada á Cinta, y por los ayuntamientos ribereños del Duero de Salamanca y Zamora. Tiene una extensión de 760,6 km2, con 21 aldeas (freguesías), con 56 localidades y 11.350 habitantes. Su altura máxima es de 992m en la Sierra de Castañeira y en general, una altitud media de 700m. Se encuentra a 85 km de la capital del distrito (Bragança) y en plena frontera con España.
Posee un notable patrimonio histórico, distribuido por todas las aldeas y lugares que pertenecen al municipio, con especial importancia de los Castros y demás lugares de interés histórico como los castillos de Mogadouro y Penas Roias, las iglesias de Algosinho y Santa María del Azinhoso (de culto medieval), la iglesia conventual de San Francisco, la Iglesia de la Misericordia y la imponente Iglesia Parroquial de Mogadouro.
Entre los cañones y las arribes del río Duero y las sierras escarpadas que bordean el río Sabor, se encuentran 3 de los mayores encantos que hacen de Mogadouro un municipio tan atrayente: El Parque Natural del “Douro Internacional”, la Red Natura 2.000 y, no menos importante, el Planalto Mirandês. La riqueza paisajística, la fauna y la flora, proporcionan agradables paseos a través de senderos turísticos perfectamente señalizados de especial belleza.
En lo que respecta al patrimonio inmaterial, hay que destacar las prácticas artesanas locales, los inquietantes rituales paganos del solsticio de invierno, los cantares, el peculiar folclore y otros eventos religiosos locales.
La gastronomía, basada en productos genuinos de la tierra y elaboración tradicional, ofrece una exquisita variedad de sabores entre los que destacan: posta, marrã, embutidos de cerdo, bulho com cascas, sopas de Xis, cabrito y cordero asado, deliciosos quesos de cabra u oveja, bolos secos, folares da Páscoa y las setas silvestres.
El municipio de Mogadouro cuenta con las más diversas y modernas infraestructuras que constituyen el punto de encuentro del desarrollo cultural de la villa, el deportivo y el económico, siendo por lo tanto sinónimo de calidad de vida para sus habitantes y para los propios visitantes que disfrutan de estos espacios gracias a los eventos organizados por el municipio.
En la realización de actividades culturales, la Casa de la Cultura, la Biblioteca Municipal Trindade Coelho, la Casa de las Artes y los Oficios, la Sala Museo de Arqueología, el Centro de interpretación del Mundo Rural y el Archivo Municipal, disponen de condiciones excelentes para apoyar los diversos eventos. El Complejo Deportivo está constituido por estructuras deportivas modernas par ala práctica de cuantiosos deportes. El aeródromo municipal dispone de una escuela de Vuelo, además de contar con otras funcionalidades.
Azinhoso, Bemposta, Bruçó, Brunhoso, Castelo Branco, Castro Vicente, Meirinhos, Paradela, Penas Roias, Peredo da Bemposta, Saldanha, São Martinho do Peso, Tó, Travanca, Urrós, Vale da Madre, Vila de Ala, U.F. Brunhosinho, Castanheira e Sanhoane, U.F. Mogadouro, Valverde, Vale de Porco e Vilar do Rei, U.F. Remondes e Soutelo,U.F. Ventozelo e Vilarinho dos Galegos.
En Mogadouro (y en toda la zona próxima al río Duero) se alternan grauvaques y los granitos, presentándose estos en grandes bloques cuya forma es producto de su erosión. El relevo a este paisaje, lo constituyen una sucesión de ondulantes colinas donde predominan los xistos grauváquicos salpicados de afloramientos cuarcicos que se elevan majestuosos en el paisaje formando sierras. En el sur, abundan los xistos pardos, muy característicos del valle del Sabor. Estos suelos y las características del clima, facilitan el crecimiento de una cubierta vegetal abundante y diversa que atribuye a la panorámica un manto de bellos colores que se alternan según la estación del año..
Los inviernos son aquí relativamente rigurosos, principalmente en la zona central del término municipal, más azotadas por los vientos que las zonas protegidas del Valle del Douro y la Cuenca del Sabor. Las zonas más elevadas, al sur y sudoeste, sujetas a la influencia atlántica, son más humedas, razón por la que se encuentra al sur el Castañeiro y al sudoeste el Carballo Cerquiño. El verano, relativamente corto, es caluroso y seco, siendo la primavera y el otoño frescos y bien marcados, dotando al paisaje de la belleza de los diferentes colores, cubiertos de mantos floridos de blanco, amarillo y violeta o de las hojas otoñales de preciosos y diferentes tonos ocres. La riqueza de la cubierta vegetal y bien definida a lo largo de todo el año, la mezcla entre el clima continental (con alguna influencia atlántica) y el mediterráneo, marcan las estaciones de Mogadouro.
En este contexto de diversidad y belleza paisajística, vive una población eminentemente rural con actividades principales típicas como la agricultura y la ganadería. Se cultiva el olivo, la viña el trigo y en menor medida el centeno, las huertas cercanas a fuentes de agua y la castaña principalmente en el sur. En la ganadería, hay que destacar la cría del ganado bovino muy apreciado para la producción de leche y quesos. En cuanto a la carne, destaca el ganado mirandés, que da origen, en la gastronomía a la exquisita posta mirandesa que no hay que perderse. Por ello la gandería en general cobra una relativa importancia en las economías familiares de sus pobladores produciendo tanto carne como leche.
Esta población tiene un origen remoto como lo atestiguan la multitud de vestigios arqueológicos que trasladan al visitante hasta el paleolítico
Mogadouro presenta un asentamiento antiguo que puede ser datado de tiempos prehistóricos. Para documentar este asentamiento existen asentamientos datados como el del Barrocal/Alto y del Cuño, los monumentos megalíticos de Pena Mosqueira, Sanhoane, Barreiro, Modorra, el arte rupestre de la Fraga de la Letra (en Penas Roias) y otros hallazgos dispersos hoy unificados en la Sala Museo de Arqueología de la Villa.
Alfonso III fue el primero en concederle el fuero a Mogadouro en 1.272, renovándose al año siguiente. En 1.512, D. Manuel le otorgó de nuevo el fuero a la villa y el 20 de noviembre de 1.433 fue donada a Álvaro Pires de Távora pasando desde entonces a estar asociada a esta familia. Los Távoras iniciaron un ascenso notable en cuanto a su posición, alcanzando el título de marqueses y asumiendo un importante e influyente papel en la región.
Si hablamos de la historia más reciente, no podemos olvidar el importante papel desempeñado por las plazas fuertes de Mogadouro y Penas Roias en la defensa contra las invasiones castellanas, habiendo constituido un valioso apoyo en la formación de la nacionalidad portuguesa.