El municipio de Gallegos de Argañán es un pueblecito de la Comarca de Ciudad Rodrigo y de la Subcomarca del Campo de Argañán, perteneciente al Partido Judicial de Ciudad Rodrigo y a la Mancomunidad de Puente La Unión. Dista de su capital provincial (Salamanca) 110 km y tan sólo 10 km de la frontera con Portugal. Cuenta entre sus habitantes con algo más de 280 galleguinos y galleguinas distribuidos en un territorio de 47,14 km2.
El entorno inmediato de Gallegos de Argañán es de campos de cultivo, dando una imagen de collage al municipio cuando lo miramos desde la lejanía, con sus tierras aradas de diferentes colores. La agricultura, basada en el cultivo del cereal, es uno de los principales sectores económicos del municipio, junto con la ganadería de ovino, caprino y porcino que se desarrolla en los montes adehesados próximos, regados por numerosos arroyos que dejan su huella en estas tierras.
Los orígenes de los poblamientos en este territorio se remontan al neolítico, cuando los hombres de aquellos tiempos se asentaron aquí, dejando su huella en parajes como la Siega Verde con sus pinturas rupestres, la Hurtada con sus dólmenes o los numerosos castros vetones y villas romanas diseminados por el entorno de Gallegos de Argañán.
Como es lógico, al ser pobladas estas tierras desde tiempos tan inmemoriales, también pasaron por aquí romanos al mando de Publio Cornelio Escipión y celtibéricos de la mano de Aníbal que lucharon encarnizadamente en este territorio. De esta época se halló una piedra grabada que actualmente se encuentra reutilizada en la Iglesia, y concretamente en su altar mayor, cuya inscripción reza: “Vitulio, hijo de Arreino, cumplió de buen grado el voto que tenía hecho a Júpiter libertador”.
Tras esta guerra en la que salieron victoriosos los romanos, la zona donde hoy se ubica Gallegos de Argañán, pasó a ser la Vettonia, una provincia Lusitana dependiente de Emerita Augusta (Mérida). Los vettones, tribu celta que ocupaba estas tierras tenían como principal actividad la ganadería, rindiendo culto a sus animales y a sus dioses a través de esculturas como los verracos, de los que quedaron dos en Gallegos de Argañán (uno actualmente en el Museo Provincial de Salamanca y el otro en el municipio de Ciudad Rodrigo).
De la misma época es el castro vettón de la finca de Gallimazo conocido como la Plaza y situado estratégicamente entre el Regajal, monte Zamarreno y el río Águeda.
Con la conquista de los árabes de este territorio y las continuas batallas, Gallegos de Argañán queda despoblado, intentando fijar población los reyes Alfonso III de Asturias (s. IX) y posteriormente por Ramiro II de León (s.X) quien atrajo a estas tierras a pobladores principalmente gallegos, de donde proviene el nombre de la población de Gallegos de Argañan. Durante las campañas de Almanzor que comenzaron en el año 977, en las batallas de Reconquista de Al-Andalus a los árabes, se vuelve a despoblar debido a las cruentas batallas.
Se conoce muy poco la nueva etapa de repoblación llevada a cabo con posterioridad, hasta que ya, en el s XV, los árabes fueron expulsados definitivamente por los Reyes Católicos junto con la comunidad judía, que también pasó por la plaza de Gallegos tras su expulsión, así como lo hizo también la Santa Inquisición que investigó a numerosos vecinos de la localidad con sus ya bien sabidos métodos.
Tras este periodo, y como forma de dar a conocer la hegemonía en el territorio de las creencias cristinas, se comienza en el s XVI la construcción de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, no afianzando sin embargo con esto la población del municipio que se volvió a despoblar durante las luchas acaecidas en la guerra de Secesión Portuguesa y posteriormente por diferentes enfrentamientos dinásticos. Entre estos periodos de repoblación y despoblación, en 1760, se comienza la construcción de la Ermita del Santo Cristo de la Exaltación, que debido a sus dimensiones es considerada más como Iglesia que como Ermita, haciendo igualmente las funciones de esta.
Tanto esta Ermita como la Iglesia de Santiago Apóstol fueron utilizadas como cuarteles y almacenes de víveres y municiones durante la Guerra de la Independencia (1.808), tanto por franceses como por ingleses. Estos últimos con el general Wellington al mando, incluso se permitieron el lujo de hacer alguna función de teatro para sus soldados en la plaza del municipio. De esta época datan multitud de documentos en los que se menciona a la población de Gallegos de Argañán y de los efectos devastadores que sufrió el municipio durante la guerra, siendo aquí donde se produce la retirada de los franceses hacia tierras portuguesas en el llamado “Combate de Argañán”. Tanto soldados ingleses como portugueses y franceses asolaron y saquearon el municipio hasta las tablas de casas y demás edificios para calentarse durante la guerra.
De esta forma, Gallegos es un municipio que ha visto pasar ante sus ojos todas las guerras fronterizas, más aun estando situada en el camino entre Ciudad Rodrigo y Portugal.
Ya en 1833, el municipio fue encuadrado en la provincia de Salamanca dentro de la Región Leonesa, sin tener más avatares importantes hasta nuestros días gracias a la firma del Tratado de Versalles en 1.919.